EMPANADA O RELLENITOS

“La Empanada que Soñó Volar”

Empanadas y Rellenitos: El dulce que cruzó fronteras... y memorias

No hay infancia centroamericana sin las manos cubiertas de azúcar caliente.

En El Salvador, las empanadas de plátano rellenas de poleada son ese postre que aparece después del almuerzo, en la calle, en los cumpleaños o en la bandeja de la abuela. Hechas con plátanos bien maduros, rellenas con crema espesa de maicena y canela, y luego fritas y revolcadas en azúcar, las empanadas no solo alimentan: acarician.

En Guatemala, el pariente cercano se llama rellenito. También es de plátano, pero se rellena con frijoles dulces, canela y a veces chocolate. Una combinación que a los no iniciados sorprende, pero que para los chapines es tradición viva. Los rellenitos se fríen con orgullo y se sirven como postre, antojo o desayuno sin culpa.

Ambos comparten el mismo corazón: el plátano como piel, el calor del aceite como rito de paso, y el azúcar como escudo brillante que los convierte en dulces de calle y alma.

Pero hoy, en estas páginas, no los vamos a repetir: los vamos a reinterpretar.
Convertiremos la empanada en un triángulo crujiente, la poleada en cubos cremosos, y el azúcar en aire.
Porque lo tradicional no se abandona: se transforma, se honra, se eleva.

Poleada Crème Brûlée de Arroz

Una crema suave de arroz con canela, coronada con una corteza de azúcar crujiente y un final inesperado. Un postre que viaja desde la cocina de las abuelas hasta la mesa de un restaurante de autor.

Ingredientes:

1 taza de arroz crudo

1 taza de agua

1 taza de leche entera

¼ taza de azúcar

1 raja de canela

Azúcar adicional para caramelizar

METODO

  1. Molécula inicial
    Licuá el arroz crudo con el agua hasta formar una mezcla espesa (como una leche de arroz concentrada).
    Dejá reposar 10 minutos y colá con manta de cielo o colador fino.

  2. Infusión y cocción
    En una olla, mezclá la leche, la canela y el azúcar. Agregá la mezcla de arroz colada.
    Cociná a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con cuchara de madera hasta que espese como una atole cremoso (15–20 min aprox).

  3. Caramelo técnico
    Verté la mezcla caliente en un molde bajo o recipiente plano. Espolvoreá azúcar por encima y caramelizá con soplete hasta que forme una capa crujiente tipo brûlée.

  4. Reverso de la alquimia
    Dejá enfriar. Aunque al principio se verá líquida, no te asustés: al enfriar, la mezcla se espesa de nuevo como una crema untuosa.

  5. Textura final (opcional para alta cocina)
    Una vez fría, licuá la mezcla hasta obtener una textura lisa y brillante. Podés pasarla por colador si querés un resultado ultra fino.


Tuille de Plátano Mosaico

Una hoja delgada y crujiente de plátano maduro, con textura delicada y sabor dulce natural. Ideal para crear contrastes crocantes en platos dulces o salados.

Ingredientes:

  • 1 plátano maduro (bien negrito y aromático)

Procedimiento:

  1. Licuar la fruta
    Pelá el plátano y licualo sin agregar agua, hasta obtener una pasta lisa y espesa.

  2. Formar la base
    Extendé la mezcla con espátula sobre un tapete de silicón o Silpat, formando una capa fina y pareja (como si fuera una hoja delgada de papel).

  3. Deshidratación
    Llevá al horno a 240°F (115°C) durante 60 minutos, o hasta que esté completamente seco y crujiente al tacto.

  4. Corte artístico
    Retirá del horno, dejá enfriar unos minutos, y cortá en triángulos o formas decorativas con cuchillo afilado o tijeras de cocina.

Aire de Azúcar Revolcada

El suspiro final de una empanada caliente… pero en forma de nube.

Ingredientes:

  • 200 ml de agua caliente (no hirviendo)

  • 40 g de azúcar (blanca o morena clara)

  • 1 g de lecitina de soya (0.5%)

  • Opcional: petalos de rosa, canela o cardamomo

Procedimiento:

  1. Prepará la base
    Disolvé el azúcar en el agua caliente hasta que esté completamente integrado.
    Agregá la vainilla o canela si usás.

  2. Añadí la lecitina
    Espolvoreala sobre el líquido aún tibio y mezclá suavemente.

  3. Batí con aire
    Usá un batidor eléctrico o licuadora de inmersión cerca de la superficie del líquido para generar burbujas. Batí durante 1–2 minutos.

  4. Recolectá el aire
    Dejá reposar unos segundos. Recolectá solo la espuma superior, que es estable, ligera y cargada del aroma azucarado.

  5. Serví al instante
    Colocá el aire sobre la poleada cremosa o el tuille de plátano como si fuera el azúcar que acaba de caer.

Montaje y decoración final

Una vez fría, la poleada habrá tomado cuerpo y firmeza.
Cortala en cubos limpios y brillantes, como pequeños dados de crema dulce. Cada uno debe sostenerse por sí mismo, pero deshacerse con la lengua.

Colocá la crema brûlée de arroz (licuada y sedosa) en un pequeño frasco o cuenco individual. Servirá como contraste suave frente a la textura firme de la poleada en cubos.

Para terminar, decorá con flores comestibles frescas—las que tengas a mano o florezcan en tu entorno: pensamientos, begonias, lavanda, flores de albahaca o cosmos.
Este toque no solo aporta color y frescura, también conecta el plato con la tierra, el día y la estación. Es un recordatorio visual de que este postre no es estático: vive, respira y se adapta a lo que crece cerca.

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